El péndulo de la mente oscila entre el sentido y el sinsentido, no entre el bien y el mal.
Carl Jung
En la búsqueda constante de sentido y finalidad, a menudo nos encontramos con la idea de una verdad universal, que no sólo explica sino que también lo cura todo. Esta noción sugiere que, al comprender esta verdad, se nos revelarán las razones de nuestro sufrimiento y alegría, las tragedias y bendiciones que conforman nuestra existencia. Es la búsqueda constante de la verdad las religiones, las escuelas de misterios, las academias y las escuelas filosóficas han profundizado hasta donde llega la humanidad.
La paradoja de la búsqueda
El aspecto más intrigante de esta verdad es que no puede ser enseñada por otros ni obtenida mediante una búsqueda intencionada. Es un concepto paradójico: cuanto más lo buscamos ansiosamente, más nos alejamos de él. Esta verdad sólo se revela cuando dejamos de perseguirla activamente, cuando dejamos que la vida fluya con naturalidad.
El misticismo ha reflejado esta paradoja en la búsqueda de la verdad en su lenguaje, lleno de paradojas, contradicciones y afirmaciones ambiguas que desafían a la mente y a los límites de la racionalidad. Las paradojas trascienden la lógica ordinaria apuntando a una realidad que va más allá de la comprensión y el control de la mente humana.
Fe, confianza y aceptación
Para descubrir esta verdad, es necesario un cambio profundo en nuestra actitud ante la vida. La clave reside en tres pilares fundamentales: fe, confianza y aceptación.
- Confiar: Confiar en la vida significa soltar el control excesivo. Es permitir que las cosas sucedan y confiar en que, pase lo que pase, es para nuestro crecimiento personal y espiritual. Esta confianza no es ciega; se basa en la observación de que, a menudo, las experiencias más desafiantes ofrecen las lecciones más profundas.
- La fe: Tener fe no se limita a un contexto religioso; es una disposición hacia la vida misma. Es creer que, a pesar de no tener todas las respuestas, el universo tiene un orden inherente y que, de alguna manera, todo encaja en un esquema mayor.
- La aceptación: Aceptar la vida tal como es, con sus altibajos, es esencial para encontrar la paz. La aceptación no es resignación; es reconocer la realidad de las circunstancias presentes y trabajar con ellas en vez de contra ellas.
El viaje interior
El proceso de descubrir esta verdad es un viaje interior. No es un destino alcanzado de una vez por todas, sino un continuo devenir, un camino recorrido paso a paso. Este camino nos invita a observar atentamente nuestra vida y a aprender de cada experiencia, positiva o negativa, sin juzgarla ni etiquetarla.
El Momento de la Revelación
La verdad que lo explica y lo cura todo no se nos impone desde el exterior; se revela en los momentos de quietud y reflexión. Puede llegar en un momento de conexión profunda con nosotros mismos, en un momento de claridad tras una tormenta emocional, o simplemente en un susurro de intuición durante un día normal.
Vivir con la Verdad e Integrar la Paradoja
Vivir con esta verdad no significa que todos nuestros problemas vayan a desaparecer ni que vayamos a alcanzar una felicidad constante. Más bien nos proporciona una perspectiva desde la que podemos afrontar los retos con una mayor sensación de paz y comprensión. Nos permite ver las dificultades como oportunidades para crecer y las alegrías como recordatorios de la belleza de la existencia.
La Psicología Trascendente es una comprensión del estado paradójico que experimenta la mente cuando se encuentra con esta verdad. Las técnicas y el lenguaje utilizados durante la integración TP pretenden guiar a la persona para que descubra la verdad oculta en lo más profundo de nuestro ser. Crear el espacio y el campo terapéutico que permita que llegue esta verdad, esperando a ser descubierta no a través de una búsqueda ansiosa, sino a través de la fe, la confianza y la aceptación de la vida. Al abrazarlas, TP comprende que la vida misma creará las condiciones para enseñarnos y guiarnos hacia una comprensión más plena y sanadora de nuestra existencia.